martes, 4 de junio de 2013

1.2.- RELACION ENTRE INNOVACION, CAMBIO, MEJORA Y REFORMA

                          
         ¿Es lo mismo el Cambio educativo, que la Reforma educativa, que la Innovación educativa?. Evidentemente no, a pesar de que muchas veces utilizamos los mismos términos para nombrar fenómenos que son diferentes. Aproximarnos a cada uno de ellos, puede ser un buen punto de partida para desentrañar los nuevos lenguajes que invaden los procesos de Reforma educativa en nuestro continente.


"Hay épocas hechas para diezmar los rebaños,
confundir las lenguas y dispersar las tribus"
.
Alejo Carpentier, El siglo de las luces.
                        


         Conviene distinguir, pues no todo es lo mismo y no todo da igual. Los riesgos de esta retórica son varios, en especial para los docentes, los verdaderos protagonistas de aquellos procesos de reforma que deseen tener algún "éxito". ¿Que "dicen" y que no, frases como "autonomía y profesionalidad docente"?. En el fondo, puede que el discurso no signifique lo que dice significar. Y quizás, esté vacío.



         Cambio, reforma e innovación son conceptos presentes en el discurso educativo de los últimos tiempos; encierran matices que los diferencian y, en esa medida, permiten la expresión de diferentes propuestas y experiencias según su alcance y finalidad. Abrimos aquí un espacio para una revisión somera de estos conceptos que permita establecer nuestro punto de partida.



CAMBIO


         Al hablar de innovación y de reforma educativa, necesariamente se hace referencia a un concepto que subyace en sus definiciones, que las sustenta: el de cambio; pero también éste tiene su propio significado e implicaciones en el ámbito de la educación; de tal manera que los tres términos representan diferentes grados, magnitudes y niveles de transformación que se llevan a cabo en este campo.

El cambio conlleva un
rompimiento con el
hábito y la rutina...
                                                                                         

         En una primera aproximación, y de manera general, el cambio se refiere, a “permutar una cosa por otra”, sin embargo, como lo apunta A.M. Huberman, también conlleva “un rompimiento con el hábito y la rutina, una obligación de pensar de manera renovada sobre temas familiares y de volverse a plantear viejos supuestos”.


         Visto de esta manera, el cambio se concibe como una acción que es propia de la naturaleza del ser humano y, al igual que el crecimiento y el desarrollo, es inherente a todos los grupos e instituciones, puesto que “tenemos una necesidad innata de alterar nuestro equilibrio personal y social, de ser curiosos, de generar nuevas ideas, de hacer cosas que nunca hemos hecho.”

El sistema educativo
es criticado por su
resistencia al cambio.
                                                                                                        

         Es claro que si bien el cambio es una capacidad inherente, tampoco debe olvidarse que no está exento de dificultades y se realiza con diferente rapidez siendo los sistemas educativos criticados por su resistencia al mismo.


Los cambios pueden
ocurrir como
consecuencia de crisis
y conflictos.


         En la definición anterior, el hablar de una “necesidad innata”, significa que el cambio puede darse por sí mismo, y ésta es una justificación suficiente para aceptarlo, pero existen otras causas posibles.
                                                                           

         No debe olvidarse que los diferentes actores se insertan en diversos entornos sociales, políticos y económicos que les imponen condiciones contextuales, determinan necesidades, requerimientos e incluso efectúan presiones, por lo que los individuos no están exentos de crisis y conflictos, tanto internos como externos, que también son fuentes capaces de motivar el cambio.


El cambio en
educación debe ser
ntencional y positivo.
                                                                                                

         De acuerdo con Tejada Fernández, en el cambio educativo “a diferencia del simple cambio, bien sea natural, espontáneo o por azar, es la intencionalidad la característica fundamental.”. 10 Esta intención que lo justifica se refiere a mejorar la eficacia de la acción educativa y con ello perfeccionar el sistema en su conjunto y, en consecuencia, tener un carácter positivo.

La educación debe
formar para el cambio


         Esta noción de cambio, como se apuntó, es muy general y su significado en el campo educacional debe acotarse por dos razones.


         • La primera, la educación no es ajena a los procesos de cambio, por el contrario, debe asumirlo como algo propio y en consecuencia formar en y para el cambio.
                          

         • La segunda, el cambio que se da en la educación ocurre principalmente en las funciones, actitudes, conductas, valores, relaciones y contenidos, en el proceso para la adquisición del conocimiento así como en las estrategias para la impartición del mismo. Mientras que en otros campos los cambios pueden resultar en nuevos productos, tangibles y concretos, en educación los resultados sólo son observables en el mediano y largo plazos.


REFORMA


         Desde una aproximación etimológica, el término reforma significa volver a formar, rehacer, reparar, restaurar, arreglar, corregir. Estas acciones implican una revisión de lo hecho con anterioridad, y, sobre todo, significa poner en práctica nuevas propuestas.

Reformar implica
volver a formar,
rehacer, reparar,
restaurar, arreglar,
corregir.

         Tejada apunta algunas concepciones de reforma que revelan sus características, tales como ser un tipo particular de cambio, que repercute tanto en las políticas como en el sistema educativo de un país y que tiene su origen en las autoridades institucionales.

         Así, para este autor, la reforma constituye un cambio “a gran escala que afecta a la política educativa, a los objetivos, estrategias y prioridades de todo un sistema educativo.”

La reforma en
educación es un
esfuerzo planeado
para corregir los
problemas sociales y
educativos.

         Otros autores conciben la reforma como un cambio que impacta la estructura del sistema educativo, modifica el marco general de la enseñanza, sus metas y organización; su regulación legal se manifiesta mediante leyes y se vehicula a través de planes y programas. Por consiguiente y en este amplio campo de acción, el proceso se concibe como un “esfuerzo planeado para modificar las escuelas con el objeto de corregir los problemas sociales y educativos percibidos.”


         En síntesis, nos dice Tejada, “la reforma alude a cambios estructurales, en
la línea de transformación global del sistema educativo para adaptarse a nuevos objetivos y estructuras sociopolíticas, económicas y culturales.”

         Las reformas y las innovaciones, cuya esencia misma es el cambio, como
dice Saturnino de la Torre, siempre miran y se proyectan hacia delante.



INNOVACIÓN

         En tiempos de cambios, es natural que las acciones asociadas a éstos adquieran singular importancia,; prueba de ello es el hecho de que para la Unión Europea, la innovación representa uno de los cuatro pilares básicos sobre los que descansa su nueva política educativa, siendo los tres restantes: investigación, educación y formación.
La innovación es un
acto de creación que
considera las
experiencias pasadas.

         Pero no todo cambio es una innovación, pues ésta es “algo más deliberado, intencionado y planificado y no algo que ocurre espontáneamente.”

La innovación implica
la instauración
multidimensional de
nuevos desarrollos
sociotécnicos.
                 
         Varios especialistas apuntan diversas características y significados para definir el concepto de innovación, así, por ejemplo, para algunos:

          “Se construye y constituye en un acto de creación [...] que se abre a la experiencia en tanto se tengan en cuenta los logros y límites de experiencias pasadas.”

         Para otros, la innovación debe entenderse como:

         El proceso de cambio especializado y la instauración multidimensional de nuevos desarrollos sociotécnicos que incluyen la creación, transformación, validación y arraigo de nuevos conocimientos, prácticas e ideologías en los individuos y en las organizaciones.”
Innovar implica
novedad e intención.

          otros más prefieren hacer un planteamiento más general que permita verla desde diversas perspectivas: Como novedad, producto, acción, proceso y como intencionalidad.

         Las ideas anteriores no agotan los planteamientos que respecto a la innovación se tienen, más bien, muestran que la variedad de significados y características que se le atribuyen determina la interpretación de los resultados, pues la definición que se elige orienta el trabajo que debe realizarse y los criterios con que se evalúa.
         En educación, aparecen diversas interpretaciones asociadas frecuentemente con la incorporación de avances y mejoras.
La innovación
contribuye a mejorar
la práctica pedagógica
en su contexto real.
                                                          
         La innovación se concibe entonces como un elemento fundamental de la calidad, puesto que, es el “resultado de numerosas acciones paralelas y coordinadas, cuya lenta incidencia en el sistema educativo contribuye a mejorar la práctica pedagógica en su contexto real”.
Hablar de innovación
obliga a hablar de
valores.
          
         La innovación no sólo repercute en el contexto donde se presenta, sino en
el sistema educativo en su conjunto. El cambio que la subyace “no equivale a simple cambio, sino a un cambio que comporta nuevos valores considerados positivos. De ahí que hablar de innovación obliga a hablar de valores.”
La innovación puede
darse en diversos
niveles, desde
novedades parciales
hasta lo totalmente
nuevo.
                       
         Otros especialistas como Graciela Pérez Rivera, establecen diversos niveles, que van desde la introducción de novedades parciales, o la modificación de las relaciones que se presentan entre los elementos de un conjunto y finalmente la generación de algo totalmente nuevo.

         Específicamente Pérez Rivera afirma que:

         “En educación, muchas veces [a la innovación] se le utiliza para referirse a la introducción de sistemas o instrumentos, con frecuencia sofisticados, en los procesos educativos, otras veces se le utiliza para referir el cambio de un proceso para que actúe de diferente forma, pero sin cambiar sustancialmente su estructura, su finalidad y su funcionamiento [...] Desde otra perspectiva el concepto de innovación implica proceso, movilidad, dinamismo, cambio o transformación.”
Innovación como
incorporación de
tecnología sofisticada,
pero sin cambiar la
esencia de las
prácticas escolares.
         Como puede observarse, la innovación puede ser parcial. No obstante, es un concepto que, por un
lado, implica la idea de novedad y, por otro, se vincula directamente con mejora y cambio. En este último sentido, debería significar la transformación del papel de la institución y de los actores del proceso educativo así como de las relaciones que establecen entre sí.

         “Las innovaciones son cambios en la cultura, en las formas de trabajar y de entender las funciones profesionales e institucionales, cambios en los contenidos, en las metodologías e infraestructuras.”

         Para Saturnino de la Torre, además de lo apuntado anteriormente, la innovación tiene otras características, tales como:

         a) “Su carácter universal y humano. El progreso, depende fundamentalmente de las ideas innovadoras. Si admitimos el progreso humano, hemos de aceptar que el proceso innovador es universal y consustancial a la naturaleza humana.

         b) Su tendencia pendular o cíclica, ya que existen periodos de mayor intensidad innovadora o reformista seguidos de otros de carácter reproductor.

         c) La permanencia de estructuras o sistemas de base que posibilitan la innovación o cambio sin impedir su normal funcionamiento. La innovación no es una transformación radical ni revolucionaria, sino un cambio parcial de una realidad permanente.”
         La investigación es
indispensable para la
innovación en
educación.

         Las ideas anteriores pueden complementarse con los planteamientos que realiza María Guadalupe Moreno, cuando dice que:

          “La innovación implica transformaciones en las prácticas, no sólo se identifica con lo que ocurre en el nivel de las ideas, de la reflexión o de la teoría, aunque se sustente en éstas. Por su naturaleza, los procesos de innovación en el ámbito educativo se identifican con la investigación orientada a la transformación de las prácticas educativas. Aunque no todo proceso de investigación culmina en una innovación, la investigación resulta ser la medida por excelencia para el surgimiento, aplicación y validación de las innovaciones en educación.”





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